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"Polémica" Desiderio Navarro & Píter Ortega

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Sin estar de acuerdo con los términos en que se lleva a cabo esta "polémica", Desliz divulga los textos que la componen por considerar que ella forma parte de la vida cultural cubana. Continuaremos publicando las nuevas intervenciones que aparezcan en el contexto de esta discusión.

 

Acá dejamos los links de cada réplica, en orden de aparición,  y tras los enlaces, los textos mismos.

 

Desiderio Navarro y el Partido de los Mocos Verdes (o La estrategia del camaleón)/Píter Ortega

http://piterortega.blogspot.com/2010/07/desiderio-navarro-y-el-partido-de-los.html

 

El obsceno encanto del cinismo (I)/Desiderio Navarro

http://www.penultimosdias.com/2010/07/22/33937/#more-33937

 

Epístola a Desiderio Navarro (a propósito de su contrarréplica El obsceno encanto del cinismo)/Píter Ortega

http://www.penultimosdias.com/2010/07/23/epistola-a-desiderio-navarro-a-proposito-de-su-contrarreplica-el-obsceno-encanto-del-cinismo/

 

Pausa para responder a una Espístola/Desiderio Navarro

http://blogsdecuba.impela.net/2010/07/pausa-para-responder-a-una-epistola-segun-desiderio-navarro/

 

 

(Otros enlaces a los que se hace referencia en las intervenciones:

 

Rewind (6 respuestas a René Francisco Rodríguez, a propósito de Bomba y un dominical/Píter Ortega

http://piterortega.blogspot.com/2010/07/rewind-6-respuestas-rene-francisco.html

 

Ya es la hora/Píter Ortega

http://piterortega.blogspot.com/2010/06/ya-es-la-hora_2404.html )

 

 

Desiderio Navarro y el Partido de los Mocos Verdes (o La estrategia del camaleón)


Siempre he creído que Desiderio Navarro es un tipo de mucho cuidado. Una suerte de farsante que navega en todas las aguas. Un simulacro de personaje valiente, rebelde y contestatario, detrás del cual se esconden muchas historias pasadas bien "rojas", oficialistas a ultranza. Alguien que se ha construido todo un aura de "teórico del arte", cuando no es más que un editor y traductor, un individuo que repite lo que han escrito otros, pues ciertamente son muy pocos los trabajos de su autoría que tengan trascendencia. Siempre me ha indignado mucho la manera tan arrogante con que no deja hablar a sus invitados mientras funge como moderador en sus encuentros-monólogos de Criterios, momentos en que queda clara su mayor enfermedad: la del ego, la de las ansias de llamar la atención a toda costa, de ser el centro del universo. Nunca me creí esas historias de la víctima a la que los "censores" le cortaban la conexión del correo electrónico y le hacían otras tantas acciones para desestabilizar su empresa emancipatoria, de justicia social. Ah, pobre de él… Y de todos aquellos que le creían.

 

Siempre he pensado eso, y mucho más, pero no lo había escrito por la sola razón de que no hallaba el pretexto, el momento oportuno, el pie forzado. Pero ya llegó. La torpeza, brutalidad y mala leche de las siguientes palabras han sobrepasado el límite de mi paciencia:

 

"Mientras en nuestro país todavía aparecen jóvenes postmodernistas trasnochados que, con bomba y platillo y no sin un oportuno apoyo mediático, promueven el "anything goes" de hace 30-40 años, el regodeo formal onanista, un pragmatismo cínico hacia el mercado, la indiferencia, el silencio, la desvinculación social y todo lo que justifique, sobre todo entre los jóvenes, un arte y una crítica apolíticos en estos momentos decisivos de la política nacional, por el planeta desde hace años se observa cada vez más en primer plano la repolitización del arte y del discurso sobre el arte, impulsada por artistas y pensadores de prestigio mundial. No por casualidad a ese proceso dedicó todo un dossier el reciente número 36 de Criterios, y tampoco por casualidad acaba de dedicarle todo un excelente número la fraterna revista española Estudios Visuales, dirigida por el teórico y crítico José Luis Brea, bien conocido entre nosotros.

Criterios hará llegar en sucesivas entregas varios archivos PDF adjuntos con textos del número 7 (enero 2010) de Estudios Visuales --entre otros, los de la afamada teórica holandesa Mieke Bal y el influyente filósofo francés Jacques Rancière."

 

Como que Desiderio "Babarro" no tiene mucho criterio propio (vaya paradoja), y todo lo que hace es vomitar como un papagayo todo aquello cuanto lee, un gran error que ha cometido siempre es el de no confrontar las "teorías" que "traga" con las dinámicas de la praxis misma. Basta que una revista saque un dossier hablando de la "repolitización del arte", para que él afirme que el arte se ha repolitizado a escala mundial, y quiera imponerlo como ley. Por Dios ¡!!, hay que estudiar un poco más el arte internacional, y no guiarse tanto por los libros. Qué repolitización del arte ni qué ocho cuartos. Hoy día hay de todo en la plástica internacional; como mismo hay un arte muy político, hay un montón de artistas muy bien insertados en el mainstream que andan por una cuerda totalmente opuesta. Existen miles de Damian Hirst, eso está clarísimo. Como él pudiéramos citar un sin fin de nombres que no creen en la efectividad de las estrategias políticas del arte. Que les parece utópico y trasnochado.

 

Tanto que habla Desiderio de democracia y pluralidad, y todo cuanto hace es imponer sus ideas (disculpen, las ideas que leyó de otros), imponer modas y tendencias estéticas, de pensamiento. Tanto que ha hablado de la Postmodernidad, y vive anclado en resabios modernistas. Eso de la repolitización del arte suena a un "ismo" más de la modernidad, como si todavía funcionara esa noción rupturista y de progreso, esa fiebre de lo nuevo, tan arcaica y obsoleta en medio de la desjerarquización de valores de los tiempos que corren. Por mucho que Desiderio pretenda que las teorías de la Postmodernidad son trasnochadas, a muchos el llevado y traído "anything goes" lyotardiano nos sirve muy bien para enfrentar autoritarismos y dictaduras estéticas como este bla bla bla de la "repolitización" que Babarro quiere imponer como modelo. Por otra parte, supongamos que es cierto, que en el mundo el arte se está repolitizando, ok. Ahora, porque eso sea así, significa que en nuestro contexto ha de comportarse el fenómeno de manera similar. Si algo de rico tiene la Cuba de este minuto en materia de plástica es su diversidad. En lo que respecta a mi experiencia personal, recientemente curé la expo Bomba en el Centro Wifredo Lam, con artistas que están hastiados de las remisiones contextuales y la puja social; pero en un futuro próximo exhibiré un proyecto curatorial de arte performático con un grupo muy numeroso de creadores cubanos también jóvenes cuyas intenciones son todo lo contrario: estos sí son muy políticos, y se quieren tragar el mundo, se creen en serio que el arte puede cambiar un estado de cosas, el futuro de un país. Para ellos es más importante la dimensión ética de la creación que la estética. Pero ambos polos son legítimos, tanto los primeros como los segundos; de eso de trata, de la confrontación de orientaciones disímiles, de poner sobre el tapete toda la riqueza de opciones posibles, ese contrapunteo tan necesario y oxigenante. Ahora solo porque Desiderio tiene un juguetito nuevo con su revista de Estudios Visuales, ya no se puede hacer en Cuba otro arte que no sea político. Me da mucha pena con él, pero yo no lo leí en ningún libro, lo que expuse en Bomba me lo ofreció la realidad misma; esos pintores están ahí, en las escuelas de arte de todo el país, en las cúpulas del ISA, en los talleres y galerías de la ciudad. Que sean formalistas, onanistas, o lo que sea, no los hace menores. Sencillamente es otra manera de entender el arte, y no es la primera vez en la historia del arte que este se piensa a sí mismo, que apela a un estadio de autoconsciencia. ¿Por qué hoy día no puede ser? Nuevamente estamos cayendo en exclusiones y vocaciones normativas muy peligrosas, en esa nostalgia modernista de la linealidad, de romper con el pasado, con la tradición. Posiciones que, insisto, nada tienen que ver el pluralismo y la concepción circular de la historia del arte que distingue a los tiempos actuales, y que debería tener en cuenta un ratón de biblioteca que ingiere tanta filosofía del arte.

 

El arte cubano siempre ha sido muy político, sino no en el sentido de la apología, en el del cuestionamiento. Aunque desde el Nuevo Arte de los ochenta hasta acá, más bien en la segunda dirección. A veces la dinámica de la tensión con el poder se ha vuelto casi una moda, un lugar común, el bastón de los cojos que no tienen otra cosa que decir. La censura y la coacción del poder se han convertido muchas veces en un ente necesario, que se manipula para adquirir celebridad, para llegar al estrellato local gracias a la etiqueta del "contestatario", del "prohibido", y a la frase "qué fuerte la obra de fulano". Muchos han vivido y se han hecho artistas gracias al jueguito con los símbolos patrios y a la censura. Si las circunstancias sociopolíticas fueran otras no sé qué harían. Bueno, se adaptarían como el camaleón. Es legítimo. Pero a veces es muy fácil, ciertamente. Al final, una performance o un lienzo no van a cambiar un sistema. Son solo eso: una performance y un lienzo. Eso sin contar que el hecho de hacer oídos sordos a los conflictos del contexto, son también una actitud política (por contraste), mucho más cínica y sutil, y eso me imagino que Desiderio lo sepa, aunque no lo haya encontrado en ninguna bibliografía. De modo que, si se quiere, Bomba fue también una exposición muy política.

 

Yo también deseo (y con más sinceridad que las poses afectadas de Desiderio) que la Cuba de este minuto sea otra, más plural y democrática, solo que no veo por qué todo el arte que se hace en nuestro país tiene que ser tribuna o panfleto. El que quiera hacerlo, bienvenido sea; el que no, también. ¡Basta ya de exclusiones! Desiderio debería fundar un partido, ya que es tan valiente (el "Partido Disidente de los Mocos Verdes", se podría llamar). Al final, sus Criterios las leen tres gatos eruditos. No creo que tengan mucho impacto en el ciudadano medio de nuestro país en este instante.

 

Su afán de repolitización del arte también es muy viejo, y tiene mucho más de 30-40 años. Tiene siglos.

 

He sido grosero en estas líneas, lo sé. Pero ha sido con toda intención. Con el personaje que nos ocupa no podía ser de otro modo. A los cerdos, comida podrida; nada de perlas.

 

 

La Habana, 9 de julio de 2010.

2: 00 AM.

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El obsceno encanto del cinismo (I)

Por Desiderio Navarro

- Respuesta a Desiderio Navarro y el Partido de los Mocos Verdes (o La estrategia del camaleón) de Píter Ortega -

 

"¿Y quién es ese Píter Ortega?", me preguntan amigos y colegas de distintos medios artísticos y culturales cubanos que han recibido y leído su furibunda y grosera diatriba titulada "Desiderio Navarro y el Partido de los Mocos Verdes (o La estrategia del camaleón)", por él distribuida ampliamente vía correo electrónico con la petición "Favor de cicular (sic) a la mayor cantidad de usuarios posibles", y hasta colgada en el sitio web KaosenlaRed, de donde, supongo que por razones éticas, fue eliminada horas después por sus administradores.
A decir verdad, es poco lo que puedo decirles: Ortega Núñez es, según dicen, un curador, al que sólo conozco por lo siguiente: por haberlo visto y oído varias veces en las actividades del Centro Teórico-Cultural Criterios que dirijo; por haber observado recientemente el lanzamiento mediático de su persona y su exposición "Bomba" –lanzamiento tan bombástico como no recuerdo que lo haya tenido nunca ningún curador novel ni la mayoría de los no-noveles–; y, por último, por haber recibido hace dos semanas por email su irrespetuoso ataque al destacado artista plástico y profesor cubano René Francisco: "Rewind (6 respuestas a René Francisco Rodríguez, a propósito de Bomba y un dominical)", luego colocado en su blog. Sólo ahora acabo de leer la nota autobiográfica que ofrece de sí en su blog http://piterortega.blogspot.com : un currículum pobre en cantidad y calidad, pero eso es algo que el autor pudiera arreglar con el tiempo, el estudio y el trabajo.

Algunos amigos –entre ellos, "socios" de mi barrio–, al leer en dicho texto de Ortega Núñez groseras ofensas personales como "cerdo", "papagayo que vomita", "camaleón", "mocos verdes", "Babarro", etc., me preguntan si en el mundo "intelectual" de la cultura cubana son "normales" esas faltas de respeto y chusmerías, y, al yo responderles que no, o que por lo menos hasta ahora no, entonces me reprochan que, si "el tipo ese" me faltó el respeto como cualquier "descara'o de la calle", yo no le responda como lo haría cualquiera al que le dijeran todo eso en la calle: con "un buen pase de golpes que más nunca le den ganas de ofender así a nadie".

Otros amigos y conocidos, por el contrario, me aconsejan no darle respuesta alguna porque, según ellos, es evidente que Ortega Núñez está escogiendo como blanco de sus críticas o ataques recientes a personas diferentes desde el punto de vista cultural, pero con un rasgo común: ser personas muy conocidas y reconocidas en el medio cultural más amplio, criticar las cuales es lanzar escandalosas "bombas" que llaman la atención sobre él: Kcho ("Ya es la hora", ésta sin ofensas, porque Ortega Núñez sabe donde dice "Pare" en rojo), René Francisco y ahora Desiderio Navarro. En la opinión de ellos, responderle sería hacerle el juego a su ávida búsqueda de "spotlights" y "luz reflejada", a su construcción de una imagen de "enfant terribleiconoclasta".

Entendiendo las razones de ambos bandos, he optado, sin embargo, por reaccionar a ese ataque analizándolo como lo que realmente es: por una parte, como una expresión más del creciente deterioro moral, ideológico y educacional que experimenta nuestro país, pero una expresión que retroactúa reforzando y profundizando esa crisis al conformar y lanzar un nuevo paradigma, un nuevo conjunto de "reglas del juego" cínicas para la crítica y el debate culturales nacionales, en medio del silenciamiento o invisibilización del pensamiento crítico de izquierda; y, por otra, como una oportuna jugada al servicio de ciertas tendencias políticas nacionales que reaccionan con inquietud ante un posible y probable nuevo auge de un arte político crítico análogo al de los 80 por obra de la confluencia de cuatro factores: las crecientes necesidades expresivas no canalizadas de la esfera pública nacional, el agotamiento local del "vale todo" postmoderno y del esteticismo mercantilista del métier, el renacimiento internacional del arte político hasta en los países neocapitalistas de Europa del Este, y, last but not least, la gestación y conformación local del mencionado nuevo pensamiento crítico de izquierda.

Ante todo, debo señalar que el hecho de que Ortega Núnez haya dedicado la mayor parte de su texto y su rabia al ataque personal centrado en mi biografía y actividad pública, en conjunción con el hecho de que haya colgado su diatriba en su blog de Internet y en el sitio web KaosenlaRed, y de que, al parecer, la haya enviado también a otros blogs y páginas web del extranjero en que ésta figura, me obliga a extenderme en informaciones autobiográficas y bibliográficas probablemente desconocidas para los lectores extranjeros –aunque tal vez también para muchos nacionales.

También debo dejar en claro que los tres mensajes electrónicos con textos teóricos de Bal, Rancière y Canclini sobre el arte político, acompañados por un pasaje mío de 1989 y un nuevo texto mío de ocho líneas –que es el que Ortega Núñez tomó como "el pretexto, el momento oportuno, el pie forzado" que "no hallaba" para injuriarme–, fueron enviados por mí, el pasado 6 de julio, como una reacción intelectual –sin groserías ni injurias– al irrespetuoso ataque de Ortega Núñez contra René Francisco, que más adelante analizaré.

Trataré de hacer lo más productiva posible esta respuesta, mostrando los mecanismos pseudopolémicos que se han ido propagando en nuestra crítica y debates, especialmente toda clase de ataques a la persona sin el menor fundamento y en absoluto desprecio de todas las evidencias contrarias conocidas: insinuaciones denigrantes, falsas imputaciones, atribución falaz de afirmaciones, etc.

Para respetar al máximo la integridad, literalidad y contextos de las afirmaciones de Ortega Núñez, y facilitar cualquier eventual comprobación de los lectores, reproduciré su texto integramente (en letras negras) y me limitaré a insertar mis observaciones (en letras azules, en párrafos con sangría izquierda) inmediatamente después de los pasajes que son objeto de las mismas (destacados en letras rojas).

Desiderio Navarro y el Partido de los Mocos Verdes

(o La estrategia del camaleón)

Por Píter Ortega Núñez

Siempre he creído que Desiderio Navarro es un tipo de mucho cuidado. Una suerte de farsante que navega en todas las aguas. Un simulacro de personaje valiente, rebelde y contestatario, detrás del cual se esconden muchas historias pasadas bien "rojas", oficialistas a ultranza.

Si Ortega Núñez no deseara quedar como el típico difamador criollo que medra en las lagunas, indefiniciones y benignidades de la ley cubana en lo que respecta al delito de difamación, lo éticamente correcto y debido sería que él des-escondiera todas esas "muchas" historas pasadas "oficialistas a ultranza" que dice conocer (y tal vez así me diera la ocasión de contar, en respuesta, unas cuantas historias autobiográficas muy instructivas).
Pero si con esas palabras se refiere a afirmaciones mías, mediante escritos o actos, de mi nunca ocultada vinculación al marxismo y al socialismo desde los trece años de edad, sin carnet de pionero, AJR, UJC o PCC, le adelanto que estoy orgulloso de ser "bien rojo", a mi manera, por mi cuenta y riesgo, como en cada momento me lo dicte mi conciencia, y orgulloso sobre todo de haber seguido siendo "rojo" –en medio de tantos cambios de casaca, lavados de autobiografía y reciclajes políticos de "rojos" con carnet– cada vez que por mis ideas político-culturales me dejaron "oficialmente a ultranza" sin trabajo en el Conjunto Dramático de Camagüey de los 60, la revista Cuba, La Gaceta de Cuba, la Dirección Nacional de Literatura y la UNEAC de los 70.
Por cierto, esa vinculación ideológica la conocen muy bien los patrocinadores y colaboradores extranjeros de Criterios. Jamás he hecho reticencia o concesión alguna en ello, y jamás me han pedido que la haga. Ortega Núñez debería aprender que lo que "navega en todas las aguas", excepto en las del mercantilismo y la politiquería, es el trabajo cultural altruísta realizado con profesionalidad, dedicación, honestidad y apertura a lo teóricamente valioso, venga de quien venga; eso lo respetan, y hasta lo premian, las personas e instituciones serias de muy diverso signo político en todo el mundo.

Alguien que se ha construido todo un aura de "teórico del arte", cuando no es más que un editor y traductor, un individuo que repite lo que han escrito otros, pues ciertamente son muy pocos los trabajos de su autoría que tengan trascendencia.

La imagen que Ortega Núñez tiene del editor y del traductor, así como el desprecio con que la rodea, dicen mucho de la visión inculta y primitiva que tiene de los procesos de circulación social nacional e internacional de las ideas.
En primer lugar, al igual que muchos funcionarios nacionales, sobre todo de los años 70, Ortega Núñez considera que se puede ser un editor de teoría –y hasta de la publicación que Documenta y el Jurado internacional del Prince Claus Fund han considerado "una de las revistas teóricas más destacadas del mundo"– sin saber de teoría, sin conocer la producción y los debates teóricos internacionales actuales con igual o mayor amplitud y profundidad que un teórico. Las consecuencias prácticas de esa extendida visión explican el nefasto balance de las ediciones cubanas durante largos períodos en materia de teoría internacional actual sobre todas y cada una de las ramas del arte y la cultura.
En segundo lugar, no hace falta ser un semiótico o un culturólogo –basta la cultura general– para saber que un editor no "repite" todo lo que han escrito todos los que han hecho teoría en el mundo entero, sino que dentro del corpus desigual e inabarcable de cualquier disciplina teórica actual opera, según múltiples y heterogéneos criterios, con mayor o menor competencia y perspicacia, una selección y composición de textos que da origen a una antología o a una serie editorial, las cuales no por gusto están tan protegidas por los derechos autorales como los textos individuales que las integran, mientras que los nombres de editores prestigiosos en las cubiertas funcionan desde hace mucho como una garantía de calidad y un "gancho" editorial.
La visión primitiva y despectiva que Ortega tiene de ese oficio, se vuelve como un boomerang contra el suyo propio, el de curador, pues éste no hace más que lo mismo que el editor: presentar lo que han hecho otros –en este caso, los artistas plásticos– y, eventualmente, acompañarlo de un "prólogo" propio o ajeno en el catálogo. Todavía en la lengua italiana "curatore" y "curare" designan por igual la profesión y la actividad del editor y el curador.
Cuando Ortega Núñez descalifica al editor y al traductor por ser, según él, "un individuo que repite lo que han escrito otros" (y podría haber agregado también al profesor), deja ver que su "postmodernismo" no es más que una fachada, una coartada siempre lista para justificar cualquier falta a la verdad o la ética, esos "resabios modernos". Y es que, como bien saben los intelectuales cubanos desde hace décadas, uno de los principales axiomas del postmodernismo, en contraste con el culto moderno de la innovación y la originalidad, es que repetir lo ajeno –sea en citas, pastiches, remakes, parodias, plagios, apropiaciones y otros recursos postmodernistas por excelencia— es no sólo lícito y aprovechable, sino esencial para el acto artístico postmodernista o incluso para la creación artística y la actividad cultural en general. De ahí el título de aquel clásico trabajo de Umberto Eco: "Innovación y repetición; Entre la estética moderna y la postmoderna" (1985). Y de ahí también que para los pensadores postmodernistas haya sido un fascinante opus magnum el libro, hecho de textos e imágenes recolectados, Das Passagen-Werk (La obra de los pasajes) de Walter Benjamin (Gesammelte Schriften, vol. V, 1982, Frankfurt, Suhrkamp; ed. inglés, 1996), inconcluso por su muerte y presentado por él así: "debe desarrollar en el más alto grado el arte de citar sin comillas. Su teoría se vincula de la manera más íntima a la del montaje". "El método de esta obra: el montaje literario. No tengo nada que decir, sino sólo que mostrar".
Por cierto, es preciso reconocer que Ortega Núñez fue más generoso que otros en Cuba al reconocer a Desiderio Navarro al menos como traductor, pues en el contexto cubano, donde, independientemente de la cantidad, calidad y reconocimiento nacional e internacional de la obra propia, muchos consideran que uno "es" o "no es" lo que las correspondientes instituciones y organizaciones locales deciden, Desiderio Navarro tampoco es traductor: a pesar de ser el autor de más de cuatrocientas traducciones publicadas de textos teóricos de quince idiomas –según dicen las buenas lenguas, algo que no abunda en la historia de la cultura cubana y de otras–, no se lo consideró incluible entre los más de cien traductores cubanos invitados al Congreso Mundial de Traducción Especializada, celebrado en La Habana en el 2008, y dedicado a "Lenguas y diálogo intercultural en un mundo en globalización", tema con el que, por supuesto, ni Desiderio ni Criteriostienen nada que ver.
Negarme totalmente una u otra calificación o capacidad cultural –teórico, investigador, crítico, ensayista, editor, traductor– , o todas a la vez, ha sido casi una cuestión de principio para las sucesivas oleadas de stalinistas, oportunistas y mediocres de la cultura cubana desde los 60, llegando a veces hasta extremos ridículos. Recientemente he contado cómo a mediados de los 70 un cuadro editorial cubano recibió a un representante oficial de un país del campo socialista, quien le sugirió publicar en Cuba un libro teórico de ese país; como el propio visitante extranjero me contó, dicho personaje le respondió que no tenía traductor de ese idioma que pudiera verterlo, y él replicó que Desiderio Navarro podría. El cuadro le dijo que Desiderio Navarro no sabía ningún idioma y que las traducciones de ese idioma firmadas por él en realidad las hacía una novia que él tenía de ese país. A lo que el visitante replicó que Desiderio no sólo traducía de esa lengua, sino de seis lenguas más, lo que daba un total de siete novias. Y concluyó suspirando irónicamente: "¡Ah, qué envidia! ¡Qué potencia sexual!"
Resulta elocuente que, a pesar de su rabia desenfrenada, Ortega Núñez haya tenido que reconocer que –aunque según él muy pocos– "ciertamente" hay trabajos de la autoría de Desiderio Navarro que tienen "trascendencia". Con haber logrado al menos eso en Cuba, donde la memoria cultural es tan corta, siendo yo un completo autodidacta, hijo de un hojalatero, nacido y criado en calle de tierra, ya me podría morir tranquilo, si no fuera porque el autoconformismo no es mi fuerte.
De todos modos, volvamos a los hechos: bastaría decir que en ninguno de los textos de autopresentación que he redactado yo mismo para las antologías dedicadas enteramente o en parte a la teoría del arte internacional que he editado y publicado –Image – I, Stefan Morawski, De la estética a la filosofía de la cultura, El Postmoderno, el postmodernismo y su crítica en Criterios y El pensamiento cultural ruso en Criterios– me he presentado como "teórico del arte", sino como "Desiderio Navarro (Camagüey, Cuba; 1948). Investigador y crítico de literatura y arte." Y ello a pesar de que desde los años 60 escribo y publico esporádicamente en Cuba y en el extranjero textos de naturaleza exclusivamente teórica en el sentido más estricto de la palabra. Otra cosa es que tales o cuales editores e investigadores nacionales y extranjeros que han leído esos textos consideren que deben referirse a mí calificándome de "teórico". Y otra cosa, completamente distinta, es que a menudo en presentaciones, invitaciones y otros documentos oficiales me atribuyan un Doctorado, título académico que me apresuro a aclarar que no poseo.
Por lo demás, toca a Ortega Núñez ir más allá de la maledicencia y explicar cómo puede construirse en Cuba "un aura de 'teórico del arte'" quien no hace nada de lo necesario para tenerla, sino todo lo contrario, y habiendo, además, quienes hacen todo lo necesario para que no la tenga. Navarro no va a inauguraciones de exposiciones ni a conferencias y debates teóricos sobre arte (la excepción fue uno de la última Bienal). No da conferencias sobre teoría del arte ni siquiera en la sala disponible del centro cultural que fundó y dirige. No se le da acceso a la enseñanza de teoría del arte en ninguna institución docente cubana, ni a un programa televisivo educativo sobre arte. Los plomos intactos de su primer libro con textos teóricos y críticos sobre arte fueron fundidos al cabo de cinco años de espera en una editorial y el libro demoró aún tres años más en ver al fin la luz en otra editorial. Ése y el siguiente se reeditaron sólo veinte años más tarde. Miles de ejemplares de una importante antología de teoría del arte preparada, parcialmente traducida y prologada por él circularon en Cuba sin su nombre, luego de que sólo se borraron los créditos de la primera edición. Salvo rarísimas excepciones, los medios masivos no anuncian las actividades de teoría del arte que organiza. En más de cincuenta años de actividad cultural las publicaciones cubanas no han publicado más de dos o tres artículos que aborden sus textos teóricos, y lo mismo ha ocurrido con Criterios. No ha sido invitado jamás a formar parte de ningún jurado o panel nacional de arte, y sólo en tres ocasiones en su ya larga vida literaria ha sido invitado a intervenir en coloquios. Desde hace siete años se le niega la categoría de "Investigador de Mérito", solicitada por la Casa de las Américas. Etc., etc. Así pues, lo único que pudiera haber construido localmente esa "aura de teórico del arte" que tanto enfurece a Ortega Núñez son precisamente los valores intrínsecos de los textos teóricos publicados por Navarro.
Ahora bien, si Desiderio sólo repite lo que han escrito otros autores mundialmente conocidos, ¿por qué lo han publicado en 17 países, lo han traducido a nueve idiomas, y lo han invitado decenas de veces a hablar en países donde no es precisamente la información teórica mundial lo que falta y, para colmo, lo han remunerado por ello? ¿Cómo logra engañar ese "farsante" lo mismo a la estadounidense John Simon Guggenheim Foundation, que lo distingue con una beca de 25,000 USD precisamente para una investigación de corte teórico, que a Manthia Diawara y el resto del Jurado internacional del Fondo del Príncipe Claus de Holanda, que le confieren un Premio de 25,000 Euros, entre otras cosas, por "his insightful writing and analysis". ¿Cómo se las arregla para "tupir" a decenas de academias de ciencias, universidades, congresos especializados mundiales y revistas teóricas –de México a Nueva York, de Londres a Sao Paulo, de Vancouver a Varsovia, de Buenos Aires a Roma–, así como a importantes teóricos como Adrian Marino y Dionyz Durisin, que escribieron sobre sus propuestas? ¿Cómo logró, por ejemplo, que el universal erudito Étiemble incluyera su nombre en el artículo sobre comparatística en la Encyclopaedia Universalis de Francia?
Y hablando de arte político: la extraordinaria antología Art and Social Change: A Critical Reader (Arte y cambio social: Una antología crítica, 2007), editada por los prestigosos curadores Will Bradley y Charles Esche, para la Tate Publishing de Londres, reúne en sus 480 páginas una selección internacional de 74 manifiestos artísticos y textos teóricos precisamente sobre la cuestión del compromiso político y la posibilidad del cambio social. El libro está estructurado cronológicamente en cuatro secciones que corresponden a momentos de conflicto o trastorno político: 1871, que comienza con un texto de Courbet; 1917, con un texto del dadaísta Huelsenbeck sobre Dadá; 1968, con las Tesis de la Internacional Situacionista (Guy Debord et al.), y 1989… –¡oh, ingleses incapaces de distinguir el verdadero pensamiento teórico del falso!– con un texto de Desiderio Navarro. ¿Cómo es posible que después de ese despiste el muy afamado Esche siga siendo consejero teórico de la Academia Real de Amsterdam y co-director de la revista internacional de arte Afterall?
Aunque no conozco autores de mi generación y de las posteriores que tengan mayor volumen de producción propiamente teórica que yo, sé que, en términos absolutos, sin guarecerme en ventajosas comparaciones, yo hubiera podido hacer mucho más por la cultura de mi país en la esfera teórica. Lo sé y me apena, sin que tenga que venir nadie a decírmelo. La principal razón para esa escasa producción ha sido el irresistible impulso de dejar a un lado el trabajo en mis propios textos cada vez que encuentro un texto teórico en lengua extranjera que me parece necesario traducir y publicar para que compatriotas míos lo conozcan y aprovechen en su trabajo. Ahora bien, probablemente esa producción teórica hubiera sido menos escasa si el tiempo y las energías cuantiosamente perdidos en la desgastadora lucha de décadas contra los obstáculos y ataques de "duros", mediocres y oportunistas –como es el presente caso– hubiera podido dedicarlos al trabajo teórico personal.

Siempre me ha indignado mucho la manera tan arrogante con que no deja hablar a sus invitados mientras funge como moderador en sus encuentros-monólogos de Criterios, momentos en que queda clara su mayor enfermedad: la del ego, la de las ansias de llamar la atención a toda costa, de ser el centro del universo.

O sea, que Núñez Ortega es un asistente habitual de "siempre" de los "encuentros-monólogos" de Criterios. Obviamente, el motivo de su asistencia no son los invitados, ya que Desiderio "no deja a hablar a sus invitados". Entonces, ¿qué trastorno emocional explica esa masóquica atracción fatal que obliga a Núñez Ortega a ir una y otra vez al Centro Criterios a escuchar una y otra vez, indignado, el monólogo arrogante de un Desiderio Navarro cuyo ego enfermo trata de ser el centro del mundo? ¿Qué lo fuerza, una y otra vez, a someterse al papel de periferia pasiva, callada, contemplativa, de un falso teórico que le impone ideas ajenas como a un zombie?
Ahora bien, si Navarro quiere ser el centro del universo valiéndose de ideas ajenas de teóricos extranjeros, ¿por qué, entonces, en vez de aprovechar la falta de información teórica internacional reinante en Cuba y escribir él mismo cada dos o tres días exhibicionistas artículos rebosantes de información, o impartir él mismo deslumbrantes seminarios y conferencias magistrales, "repitiendo" las teorías aquí nada o poco conocidas de cientos de teóricos de fama mundial, cuyas obras tiene y lee en sus lenguas originales, se dedica a traducir de dieciséis idiomas y publicar sobre papel cientos de textos de esos teóricos que los estudiosos cubanos pueden leer entonces de primera mano en sus casas o aulas sin la presencia de Desiderio, por no mencionar los dos mil dos textos teóricos en formato electrónico que ha reunido por el mundo y ha circulado y puesto a disposición de todos los interesados en copiarlos en Cuba? ¿Y por qué se dedica, además, a conseguir financiamientos para traer a Cuba a esos teóricos, permitiendo así que esos compatriotas puedan escuchar las ideas de esos autores y hacerles preguntas y observaciones directamente, en vez de escucharlo exclusivamente a él disertar sobre las ideas de ellos? ¿Cuántas conferencias ha dado Desiderio Navarro como teórico o crítico en el Centro Criterios que dirige?Ninguna. ¿Cuántos artículos propios ha publicado como teórico o crítico en la revista Criterios que dirige? Ninguno. ¿Cuántos libros teóricos propios en la Colección Criterios que dirige? Ninguno. Obviamente, hacer que sus compatriotas puedan conocer directamente a más de doscientos teóricos de todo el mundo es la manera más segura de no llegar a ser en Cuba, como "teórico", "el centro del mundo".
Ahora bien, continuando con los hechos: lo cierto es que, como recordarán numerosos asistentes, Ortega Núñez sí ha hablado en las actividades de Criterios –como todo el que ha querido, y de ahí que hayan durado tres, cuatro y hasta cinco horas–, y lo ha hecho prolongadas y reiteradas veces en el marco de una misma actividad.
¿Cómo se atreve a hablar de ego arrogante, de voluntad de llamar la atención, quien, no contento con titular "Bomba" la reciente exposición por él curada, inicia el texto del catálogo "citando" la que sería una acepción de la palabra "Bomba" en un imaginario futuro Diccionario de la Lengua Española:

"Bomba. (…) Título de una exposición antológica de pintura cubana joven que dinamitó y removió los cimientos del anquilosado panorama regente."

¿Ha habido alguna vez una exposición de un curador cubano que desde el primer momento tuviera la megalomanía de anunciarse a sí misma como una gran conmoción demoledora inscrita ya en la futura Historia del Arte?
¿Cómo se atreve a acusar a otros de ansias de ser el centro del mundo quien no puede escribir una cuartilla destinada supuestamente a presentar obras ajenas de artistas, sin dejar de cantarle desfachatadamente a su propia curadoría egocéntrica?
"Esta es una curadoría pretenciosa, ciertamente. No hay nada de humildad en ella. Su propio título sugiere un híbrido entre dinamita y ego, entre tsunami y catarsis narcisista."
¿Qué curadores cubanos habían llegado alguna vez a este desenfrenado mesianismo y autobombo? ¿Ha habido alguna vez alguno que concluyera las palabras de su catálogo con esta petulancia ególatra?

"He aquí una exposición que, en definitiva, marcará pautas, abrirá senderos. Y lo escribo con toda la responsabilidad e insolencia que ello implica. Con toda la vanidad del mundo. Qué más da. Será un "bombazo" y bien. Todos los implicados lo saben."

Obsérvese, además, el modus operandi del cinismo. Si la ideología como falsa conciencia implica, como decía Marx, un "no lo saben, pero lo están haciendo", el cinismo, por el contrario, sabe muy bien lo que hace y, a pesar de eso, lo hace. Ortega Núñez proclama su carácter pretencioso, carencia de humildad, insolencia y vanidad, pero no como una confesión autocrítica en camino a una superación, sino como una explicitación que, al presentar y afirmar obscenamente el mal moral como consciente e intencional, lo naturalizara y colocara más allá de toda crítica y repulsa.

Eso se hace aún más evidente en las líneas finales del texto con que me ataca:

"He sido grosero en estas líneas, lo sé. Pero ha sido con toda intención."

La cuestión es si, ante este precedente y paradigma, el medio intelectual cubano, sus instituciones y personalidades, van a aprobar tácitamente como profesional y éticamente válido y admisible este simulacro cínico de crítica y debate, o sea, si a partir de ahora cualquiera –no sólo Ortega Núñez— va a poder escribir, sin ningún costo profesional ni ético, ataques injuriosos, difamatorios y groseros "a sabiendas y con toda intención" sobrecualquiera ––no sólo sobre Desiderio Navarro.

Allá los que prefieren fomentar el cinismo entre los jóvenes a tolerar su compromiso crítico.

(Continuará)

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Epístola a Desiderio Navarro (a propósito de su contrarréplica El obsceno encanto del cinismo)

 

Por Píter Ortega

 

- Respuesta a El obsceno encanto del cinismo (I) de Desiderio Navarro -

 

I

Estimado Desiderio "Babarro":

Me asombra ver la cantidad de cuartillas que me has dedicado. Eso me hace sentir muy importante. Un tipo tan ocupado como tú (quien vive entre papeles y traducciones, sin saber lo que es un orgasmo), dejando a un lado sus faenas para polemizar. Qué bien, ¿no?, pensé que eras más aburrido. Por lo menos ya sé que te corre sangre por las venas. Solo ten cuidado pues dicen que el odio es amor, y tú que estás medio "raro"… Pero descuida, no tengo tan mal gusto.

Vayamos a lo que nos interesa, pues yo me estoy divirtiendo mucho (no sé tú, que eres tan cartesiano y apolíneo). En tu primer correo hacías un reclamo sobre la importancia del arte político en nuestro contexto, en tanto en el mundo el arte se está "repolitizando". Y lo hacías con una vocación normativa e impositiva peligrosa, cual "domador de la cultura", amparándote en textos y publicaciones extranjeras. Te pedí en mi réplica que me demostraras con hechos (con obras y artistas concretos internacionales y de Cuba, con exposiciones, bienales, ferias de relevancia, etc.) que ciertamente el arte se está "repolitizando" en detrimento de otros discursos de naturaleza diferente. Te hice un reclamo a que me lo demostraras no con tanta "verborrea" teórica, sino con la praxis misma. También te pedí que me convencieras de que si en el mundo impera el arte político, en nuestro país el fenómeno debía comportarse de manera similar. Te interrogué sobre todo eso, y ¿qué recibo? Cuartillas y cuartillas demostrando tus méritos profesionales e indicando nuevamente cuán víctima has sido del poder y las instituciones en este país, refiriendo todos los proyectos que te han sido frustrados. Eso lo sabe todo el mundo, querido, y no solo a ti te ha pasado. Pero, ¿y las cosas que te pregunté? ¿Dónde están tus conocimientos sobre arte contemporáneo, señor ilustrado?

Es evidente: tú mismo lo declaras en tu extensa y rutinaria repuesta, y te cito: "Navarro no va a inauguraciones de exposiciones (…)". Y es muy cierto, nunca se te ve en ninguna exposición como espectador. Trabajé 3 años en dos importantes galerías de este país, donde se exhibieron muestras relevantes de artistas muy sólidos y encumbrados del patio, y en todo ese período nunca te vi pasar por esos espacios, ni el día de las inauguraciones ni en ningún otro momento. Allí se exhibieron obras cardinales de artistas como Raúl Martínez, Fabelo, Pedro Pablo Oliva, Bejarano, Nelson Domínguez, Ernesto Leal, Luis Gómez, Moisés Finalé, Abel Barroso, Raúl Cordero, Lázaro Saavedra, entre muchos otros, incluida una oleada de jóvenes bien talentosos que emergen con mucha fuerza de nuestras escuelas de arte. Obras todas a las cuales les diste la espalda, sin más. Me imagino que igual suceda con otros recintos expositivos, y pudiera hacérsele una encuesta a cada galerista para corroborarlo. La pregunta sería: ¿Cuántas veces ha visto ha Desiderio Navarro asistiendo a su galería? Las respuestas de seguro serán decepcionantes. Estoy convencido de que no visitaste tampoco Bomba, a lo sumo tuviste en tus manos el catálogo ¿Al tanto de qué cultura y qué arte estás, entonces? ¿Cómo te atreves a hablar de artes plásticas, si no ves arte? Tú caso es curioso, e interesante, pues no eres el único: existe un grupo de personas que hablan o escriben de arte y nunca van a las galerías; eso sí, leen mucho, pero carecen de un ojo entrenado y actualizado. Este último solo lo da la experiencia directa frente a las obras, que es fundamental.

¿Por qué no me demuestras, por ejemplo, con argumentos sólidos y concisos, que Bomba es una exposición deficiente? (que puede serlo, eso está claro) ¿Por qué no te safas un poco de Walter Benjamín, Umberto Eco, y demás y demás… (a los que respeto muchísimo, y también he leído) y eres un poco tú mismo, alguna vez? Es eso lo que te pido desde el primer correo ¿Por qué no interpretas y analizas obras y exposiciones concretas, confiando en los conocimientos que has adquirido con tantas lecturas? Puede que no te interese hacerlo, que no te motive ese campo, ok. Pero entonces, ¿por qué te metes a hablar de Bomba, si ni la viste? El conocimiento y las lecturas que uno adquiere deben ser procesados en función de producir ideas, esa es la clave.

En otro momento de tu texto planteas:

"(…) haber recibido hace dos semanas por email su irrespetuoso ataque al destacado artista plástico y profesor cubano René Francisco: Rewind (6 respuestas a René Francisco Rodríguez, a propósito de Bomba y un dominical)"

¿A qué le temes, que necesitas tanto un aliado? Cualquier espectador medianamente sensato se percataría de que no hay nada de irrespeto en mi comentario sobre René. Se trata solo de una diferencia de ideas, referida a una opinión expresada por este artista que no comparto. Punto. Pero el tono es muy diferente al que he usado contigo, y lo sabes. René merece respeto, porque es uno de los más grandes artistas del arte cubano contemporáneo, porque no es un farsante. ¿Entiendes la diferencia? En ese texto al que te refieres, en ningún momento hago señalamientos negativos a la obra de René, solo polemizo con una idea expresada por él, lo cual es algo diferente. No podría ser de otro modo, porque admiro enormemente su trabajo, porque escribí una valoración muy positiva sobre su obra para una expo que realizó en EE. UU, y cuyo catálogo da fe de ello. Y porque, además, está por salir próximamente un artículo mío sobre la 10ma Bienal de La Habana en la revista Artecubano, en el que le dedico un acápite entero a la excelente muestra del artista en la galería Villa Manuela, titulada Intérprete, sin duda una de las mejores propuestas colaterales de esa bienal. Deja entonces a René en paz, que esto es entre nosotros. No manipules más la situación, que resultan muy burdas y evidentes las manipulaciones.

Más adelante dices:

«Otros amigos y conocidos, por el contrario, me aconsejan no darle respuesta alguna porque, según ellos, es evidente que Ortega Núñez está escogiendo como blanco de sus críticas o ataques recientes a personas diferentes desde el punto de vista cultural, pero con un rasgo común: ser personas muy conocidas y reconocidas en el medio cultural más amplio, criticar las cuales es lanzar escandalosas "bombas" que llaman la atención sobre él: Kcho ("Ya es la hora", ésta sin ofensas, porque Ortega Núñez sabe donde dice "Pare" en rojo), René Francisco y ahora Desiderio Navarro. (…)»

¿De veras crees que ocupas un lugar en la cultura cubana equiparable al de René Francisco o al de Kcho? Eso lo que me da es risa. Y en cuanto a Kcho, también lo considero un artista valioso, y consta en mi texto "Ya es la hora", a pesar de los señalamientos realizados en negativo. No le temo a ningún "Pare en rojo", soy completamente free lance, ¿qué me pueden hacer? Si fui más amable con Kcho es por lo mismo que te comenté arriba: tú y él no son iguales, tu "obra" y la de él no son similares en ningún sentido. Basta ya de comparaciones, Babarro, pues lo que evidencian es un complejo de inferioridad muy grande.

Dices que colgué mi réplica en KaosenlaRed (del que fue suprimida) y en otros blogs en INTERNET. No sé de qué me hablas, querido, solo la situé en mi blog personal y la mandé a mi mailing, pero me da alegría saber que otros colegas se han sumado a mi empeño de desmitificar el globo "Desiderio". No tengo la culpa de que mi correo le haya simpatizado a esa gente. Ahora mismo entraré a los sitios que me dices. Gracias por darme la luz.

Comienzas tu texto con la pregunta: "¿Y quién es ese Píter Ortega?", y más adelante, refieres:

«A decir verdad, es poco lo que puedo decirles: Ortega Núñez es, según dicen, un curador, al que sólo conozco por lo siguiente: por haberlo visto y oído varias veces en las actividades del Centro Teórico-Cultural Criterios que dirijo; por haber observado recientemente el lanzamiento mediático de su persona y su exposición "Bomba" –lanzamiento tan bombástico como no recuerdo que lo haya tenido nunca ningún curador novel ni la mayoría de los no-noveles–(…) Sólo ahora acabo de leer la nota autobiográfica que ofrece de sí en su blog http://piterortega.blogspot.com : un currículum pobre en cantidad y calidad (…)»

Aunque a estas alturas de la vida, creo que toda la comunidad artística nacional sabe quién es Píter Ortega, te voy a responder a esa pregunta de una manera bien arrogante, para ser coherente con ese "autobombo" que tanto te molesta. Y voy a ir bien atrás. Píter Ortega nació el 27 de mayo de 1982 en un pueblito de campo llamado Los Palos, llegando a Matanzas. De modo que es prácticamente un bebé: 28 añitos (algo que debe envidiar enormemente cierto vejestorio). Fue el mejor graduado de su secundaria y de su preuniversitario, concluyendo este último con 100 puntos cerrados. Luego estudió la licenciatura en Historia del Arte, por la Universidad de La Habana (una carrera que no estudia cualquiera en este país, dado el alto índice académico que se requiere habitualmente para ingresar a ella). Se graduó en julio de 2006 de dicha carrera (hace solo 4 años), con Título de Oro y siendo el primer expediente de su promoción (con 5,15 puntos de índice general) y el egresado más integral de su carrera. Una satisfacción que no podrás sentir nunca, pues no eres graduado de nada.

Píter Ortega en tan solo unos pocos años ha publicado con sistematicidad más de 70 textos críticos e investigativos en prestigiosas revistas y periódicos nacionales y extranjeros, como Art Nexus, Arte por Excelencias, Artecubano, Noticias de Artecubano, La Gaceta de Cuba, Cine Cubano, Opus Habana, Extramuros, La Gaveta, Upsalón, Juventud Rebelde, salonKritik, La Jiribilla, Criticarte…, así como en catálogos de exposiciones personales y colectivas. Tan joven recibió ya el Premio Nacional de Crítica de Arte Guy Pérez Cisneros que otorga el Consejo Nacional de las Artes Plásticas de la República de Cuba, en el año 2008. Ha curado más de 15 exposiciones de arte cubano contemporáneo en renombradas galerías del país (de manera que la historia no comienza con Bomba, como tú pretendes, sino mucho antes). Entre estas curadurías, por citar algunas, se encuentran …topías, dedicada a la producción videográfica de artistas emergentes; Bla, bla, bla, con iguales pretensiones, pero desde el campo de la pintura; La revancha (la crítica cubana se dedica al arte)… En esta última, por primera vez en el contexto cubano, un grupo numeroso de importantes críticos de la isla se lanzaron a la aventura de "hacer" arte. Y un artista escribió el texto al catálogo: Lázaro Saavedra. Entre los críticos figuraron Gerardo Mosquera, Rufo Caballero, Magaly Espinosa, Héctor Antón Castillo, Elvia Rosa Castro, Dannys Montes de Oca, Rafael Acosta de Arriba, Nelson Herrera Ysla, Corina Matamoros, Yolanda Wood, Sandra Sosa, Darys Vázquez, entre otros. Todos acudieron y confiaron en el llamado de Píter Ortega. Más allá de la calidad o no de las obras expuestas, la exposición como gesto suscitó altos niveles de expectativa y concurrencia de público, fue muchísimo más visitada y promocionada en los medios que Bomba. ¿Tampoco fue usted a ver La revancha, Babarro? ¿Tampoco se enteró? ¿O prefiere no hablar de ello? ¿O es que se siente herido por no haber sido invitado a participar? Lo siento querido, era para críticos.

Píter Ortega ha sido también, desde 2006 y hasta hoy, editor asistente de la revista Artecubano, máxima publicación especializada en artes plásticas de nuestro país, de modo que, contrario a lo que piensas, estimo muchísimo la labor de un editor. Hablaba de tu labor editorial, no de la edición en abstracto. Está muy claro que un buen editor es también un intelectual del más alto rango, es alguien que produce ideas. Es un crítico de los más genuinos (ejerce la crítica de la crítica, lo cual es más complejo y difícil, y demanda una preparación extrema). Es de algún modo un co-autor. Es el responsable de eso que quedará para un futuro como la memoria impresa de nuestro arte, de nuestro tiempo, de manera que incide en el discurso mismo de la historia, en sus paradigmas de legitimación. Y también está encarnando un ejercicio de poder, toda vez que selecciona, segrega, discrimina, pondera. Debe poseer un dominio vasto de aquella especialidad cultural a la que se encamina su publicación. Tú, por ejemplo, que no vas nunca a ninguna exposición, jamás pudieras ser editor de una revista como Artecubano, pues de pronto te dicen que Maurizio Cattelan es un artesano del origami, y que está exponiendo en La Acacia, y tú mandas ese texto a imprenta con semejante disparate (otra cosa es un apócrifo, se entiende a qué me refiero: a la ignorancia, al despiste).

Desde septiembre de 2006 hasta igual fecha de 2008 Píter fungió como especialista de la Empresa Génesis, del Ministerio de Cultura de Cuba (en las galerías Havana Club y Servando), donde tuvo a su cargo labores de curaduría, museografía, promoción, tasación y gestión de venta de diversas exposiciones. Asimismo, tiene en su haber numerosas conferencias sobre arte cubano contemporáneo y diversas participaciones en jurados de concursos, salones y otros eventos relacionados con las artes plásticas. Dicen también que apoya e impulsa el arte más emergente de nuestro país, y que muchos jóvenes ven en él una figura crítica que los representa y legitima como generación.

Actualmente Ortega se encuentra realizando su proyecto de investigación para tesis de Doctorado (él puede, como es licenciado), y próximamente comenzará a impartir docencia de Historia del Arte. Trabaja también en tres proyectos curatoriales para el extranjero, y cuatro para Cuba.

Leíste una nota resumida de mi curriculum en mi blog, y dices que es muy "pobre". Para seguir siendo presuntuoso y petulante, te sitúo a continuación, de manera detallada y con las referencias necesarias para comprobar su veracidad, la mayoría de las publicaciones y curadurías que he realizado. Me gustaría que me dijeras si con 28 años de edad y solo 4 de trabajo, tenías semejante trayectoria profesional (no ahora que tienes como 100 años –disculpa, 62–, sino cuando tenías 28). Aquí va la enumeración (aun así sigue siendo una selección):

TRABAJOS PUBLICADOS

Publicaciones impresas:

Revistas y periódicos

• "Imperfecto y equivocado", en Upsalón (La Habana), nº 2 / 2004, p. 79.

• "Belkis Ayón y la redención de Sikán", en Artecubano (La Habana), nº 2 / 2005, pp. 34-37.

• "Fabelo en el decenio negro", en Upsalón (La Habana), nº 2 / 2005, pp. 36-39.

• "Fabelo y el imperativo de la reverencia", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 1 / 2006, pp. 57-58.

• "Viengsay Valdés o el rigor de la consagración", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 1 / 2006, pp. 62-63.

• "Montoto a la vanguardia de la novena Bienal", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 3 / 2006, pp. 58-59.

• "Viengsay Valdés: me deleita el reto", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 5 / 2006, pp. 34-36.

• "El tercer entorno y las insubordinaciones del paisaje", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 4 / 2006, p. 13.

• "Borderline, la radiografía del sujeto contemporáneo", en La Gaveta (Pinar del Río), mayo-agosto / 2006, año V, número 14, pp. 54-55.

• "Borderline, estetizar la violencia", en Extramuros (La Habana), número 21-2006, pp. 58-59.

• "¿Nos gusta la pachanga?", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 6 / 2006, pp. 78-79.

• "Para exorcismos", en Artecubano (La Habana), nº 1 / 2007, pp. 44-48.

• "Requiem por la inocencia", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 2 / 2007, pp. 58-59.

• "Abstractus ac tremens", en La Gaceta de Cuba (La Habana), nº 3 / 2007, pp. 50-51.

• "Hoy quisiera estar lejos", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 5 / 2007, p. 6.

• "El ISA da un toque de bola", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 6 / 2007, p. 10.

• "Reclamando tímidamente una conciliación…", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 7 / 2007, p. 13.

• "Zen sentido. Ovejas en el arte cubano contemporáneo", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 8 / 2007, p. 5.

• "Carne de cañón (o de cómo los soldados abandonan el foso y comienzan a jugar al ula ula), en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 8 / 2007, p. 12.

• "En los lindes del alumbramiento", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 11 / 2007, p. 12.

• "La casa, el viejo y el faro: del sendero de la certidumbre al extravío de lo real", en Artecubano (La Habana), nº 1 / 2008, pp. 79-81.

• "Adonis Flores. Galería Habana", en Art Nexus (Bogotá), nº 68, Volumen 7, Año 2008, p. 124.

• "Tan grande que aplasta", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 4 / 2008, p. 6.

• "Ubicuidad de la imagen baldía", en Opus Habana (La Habana), Vol. XI, nº 2, nov. 2007 / abr. 2008, p. 11 (Breviario).

• "De Coppelia al cielo: Un pez que huye mientras nos asiste la certeza del alumbramiento", en Cine Cubano (La Habana), nº 169, julio-septiembre 2008, pp. 86-88.

• "La libertad de los cuerpos (cuando el pudor deja de ser necesario)", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 7 / 2008, p. 10.

• "Sí murió (aunque a algunos poco les importe)", en Artecubano (La Habana), nº 2 / 2008, pp. 28-31.

• "Like a Virgin (Emilio isn´t death)", en Cine Cubano (La Habana), nº 170, octubre-diciembre de 2008, pp. 88-91.

• "Noches necias, criaturas sordas…", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 11 / 2008, p. 14.

• "Crítica de arte en Cuba: Que me dicten, yo lo que quiero es que me dicten…", en Artecubano (La Habana), nº 3 / 2008, pp. 58-60.

• "¿Adónde se fueron?", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 1 / 2009, pp. 6-7.

• "Sobre la niñez, el «canibalismo» y la autonomía del arte", en Juventud Rebelde, La Habana, 3 de marzo de 2009, p. 6.

• "Sedimentos: del hombrecillo nómada y otras fábulas", en Juventud Rebelde, La Habana, 8 de abril de 2009, p. 6.

• "Vanidades y rizomas", en Arte por Excelencias (La Habana), nº 1 / 2009, pp. 39-40.

• "La suerte está echada. Elefantes en La Habana", en Juventud Rebelde, La Habana, 9 de junio de 2009, p. 6.

• "5 de 5 (o La ciudad que palidece)", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 8 / 2009, pp. 12-13.

• "Arte pictórico y danzario: complicidad, talento, conmoción", en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 9 / 2009, p. 15.

• "Lancelot Alonso: observa y goza, o sufre, como quieras…" en Noticias de Artecubano (La Habana), nº 10 / 2009, p. 11.

• "Para qué sirve la crítica". Intervenciones en panel de discusión, invitado por la revista Temas (31 de julio de 2008, Galería Servando). Publicado en Temas (La Habana), nº 60, octubre-diciembre de 2009, pp. 67-80.

Textos en catálogos

• Palabras al catálogo de la exposición personal de Roberto Fabelo Máscaras, simulacros, espejismos, disfraces. Galería Luis de Soto, Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana, abril de 2005.

• "Por un encuentro necesario: tres miradas al pop…", en: catálogo de la exposición colectiva Confluencias (Raúl Martínez, José M. Gómez Fresquet –Frémez– y Julio Ferrer Guerra). Galería Havana Club, Ciudad de La Habana, enero-febrero de 2007.

• "De manuales y otros demonios", en: catálogo de la exposición personal de Ulises Urra Fuera de nada. Galería 23 y 12, Ciudad de La Habana, abril-mayo de 2007.

• "Repensar una década", en: catálogo de la exposición personal de Moisés Finalé Se fueron los ´80. Galería Servando, Ciudad de La Habana, mayo-julio de 2007.

• Palabras al catálogo de la exposición personal de Dalvis Tuya Soy lo que quieras que sea. Galería Servando, Ciudad de La Habana, septiembre-octubre de 2007.

• Palabras al catálogo de la exposición colectiva Almendares diverso. Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, noviembre de 2007.

• "La eterna sonrisa de la vida", en: catálogo de la exposición Color y luz. Taller de serigrafía René Portocarrero, Ciudad de La Habana, 2007.

• "Tras la huella de la imagen baldía", en: catálogo de la exposición personal de José Luis Díaz Montero Ubicuidad. Galería Servando, Ciudad de La Habana, febrero-marzo de 2008.

• "Ni bolivianos ni cubanos: simplemente ARTISTAS", en: catálogo de la exposición colectiva Belimbo. Residencias BATISCAFO, Centro Habana, marzo de 2008.

• Palabras al catálogo de la exposición personal de Duniesky Martín A bocajarro. Casa de la cultura de Plaza, Ciudad de La Habana, abril de 2008.

• "¿Adónde vas caminante? No lo sé…", en: catálogo de la exposición personal de Damián Aquiles Memoria y palabras. Galería Servando, Ciudad de La Habana, abril-mayo de 2008.

• "¿Aló? Un momento por favor…", en: catálogo de la exposición colectiva Bla, bla, bla. Galería Servando, Ciudad de La Habana, agosto-septiembre de 2008.

• Palabras al catálogo de la exposición personal de Danys Ozuna Glamour. Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, octubre-noviembre de 2008.

• "Diego Torres: la ínsula y el telos", en: catálogo de la exposición personal de Diego Torres Los pies en la tierra y el grito en el cielo. Museo de Arte Colonial, Ciudad de La Habana, diciembre 2008 – enero 2009.

• "Víctor Alexis Puig: rostros, desidia e impotencia. Sobre el universo agónico de la incertidumbre", en: catálogo de la exposición personal de Víctor Alexis Puig A plena voz. Galería Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, diciembre de 2008 – enero de 2009.

• Palabras al catálogo de la exposición bipersonal Fragmentos utópicos (Alicia de la Campa y Sinecio Cuétara). Galería Galiano, Ciudad de La Habana, 2009.

Algunas publicaciones digitales:

• "Por Antonia, por Cuba, por el cese de la impotencia…", en http://www.belomonte20.com/proyecto%20habana/proyecto%20antonia%20eiriz.htm

• "Las secuelas del simulacro: Recortes de la realidad informativa", en La Jiribilla, La Habana, Año VI, 30 de junio-6 de julio de 2007 (http://www.lajiribilla.cu/2007/n321_06/321_10.html).

• "El universo marcial de Adonis Flores", en La Jiribilla, La Habana, Año VI, 4 al 10 de agosto de 2007 (http://www.lajiribilla.cu/2007/n326_08/326_04.html).

• "Distopía (o El insomnio es una cosa muy persistente)", en salonKritik, España, septiembre de 2007 (http://salonkritik.net/06-07/2007/09/distopia_o_el_insomnio_es_una.php), y en Criticarte, Puebla, México, noviembre de 2007 (http://www.criticarte.com/Page/ensayos/text/DistopiaFS.html?=Distopia.html).

• "Soy lo que quieras que sea", en La Jiribilla, La Habana, Año VI, 29 de septiembre al 5 de octubre de 2007 (http://www.lajiribilla.cu/2007/n334_09/334_05.html).

• "El tiburón y la sardina: acerca de `Alas´ y la estética zoo", en La Jiribilla, La Habana, Año VI, 24 al 30 de noviembre de 2007 (http://www.lajiribilla.cu/2007/n342_11/342_01.html).

• "landings 6+7: sobre avestruces, Arthur Danto y el fin del arte", en salonKritik, España, febrero de 2008. (http://salonkritik.net/06-07/2008/02/landings_67_sobre_avestruces_a.php).

• "De cómo Caperucita se hizo mujer (o Cuando los conejos saltan al vacío)", en salonKritik, España, mayo de 2008 (http://salonkritik.net/06-07/2008/05/de_como_caperucita_se_hizo_muj.php).

• "Light, muy light", en salonKritik, España, julio de 2008 (http://salonkritik.net/06-07/2008/07/light_muy_light_piter_ortega_n.php).

• "Guerra avisada", en salonKritik, España, septiembre de 2009 (http://salonkritik.net/09-10/2009/09/guerra_avisada_polifonia_discu.php).

• "Cuando la guayabera dejó de ser importante (o El imperio de los pingüinos necios)", en salonKritik, España, noviembre de 2009 (http://salonkritik.net/09-10/2009/11/cuando_la_guayabera_dejo_de_se.php).

LABORES DE CURADURÍA Y MUSEOGRAFÍA

• Exposición personal de Roberto Fabelo Máscaras, simulacros, espejismos, disfraces. Galería Luis de Soto, Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana, abril de 2005.

• Exposición colectiva Confluencias (Raúl Martínez, José M. Gómez Fresquet –Frémez– y Julio Ferrer Guerra). Galería Havana Club, Ciudad de La Habana, enero-febrero de 2007.

• Exposición colectiva de fotografías De la ejecución al reto, en homenaje a la Primera Bailarina del Ballet Nacional de Cuba Viengsay Valdés. Galería Havana Club, Ciudad de La Habana, febrero-marzo de 2007.

• Exposición colectiva de video …topías (Luis Gárciga, Javier Castro, Duniesky Martín, Reynier Leyva, Jesús Hernández y Ana Olema). Galería Servando, Ciudad de La Habana, agosto de 2007.

• Exposición colectiva Almendares diverso. Galería Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, noviembre de 2007.

• Exposición colectiva La revancha. Galería Servando, Ciudad de La Habana, marzo-abril de 2008.

• Exposición personal de Raúl Jesús García Espejismos y ensoñaciones. Galería Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, junio de 2008.

• Exposición colectiva Bla, bla, bla. Galería Servando, Ciudad de La Habana, agosto-septiembre de 2008.

• Exposición personal de Danys Ozuna Glamour. Galería Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, octubre-noviembre de 2008.

• Exposición personal de Víctor Alexis Puig A plena voz. Galería Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, Ciudad de La Habana, diciembre de 2008 – enero de 2009.

• Exposición colectiva Adrenalina. Canal Habana, Ciudad de La Habana, enero-febrero de 2009.

• Exposición colectiva Bomba. Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, Ciudad de La Habana, febrero de 2010.

• Exposición colectiva La gallina de los huevos dorados. Galería El reino de este mundo, Biblioteca Nacional José Martí, Ciudad de La Habana, abril de 2010.

• Exposición personal de Osailys Ávila Milián Frágil. Galería del hotel Ambos Mundos. Ciudad de La Habana, mayo-junio de 2010.

• Exposición colectiva Voltéate. Canal Habana, Ciudad de La Habana, mayo-junio de 2010.

II

Te darás cuenta entonces, Babarro, de que no tengo ninguna necesidad de llamar la atención. Yo soy "Píter Ortega" hace rato, y lo seguiré siendo por mucho tiempo. Me queda toda una vida por delante. Así que sufre, si quieres. O llora. Búscate un tete, no sé.

En otra zona de tu texto, hablas de "(…) una oportuna jugada al servicio de ciertas tendencias políticas nacionales que reaccionan con inquietud ante un posible y probable nuevo auge de un arte político crítico análogo al de los 80 (…)" No quieras virar la tortilla, Babarro, que aquí el camaleón eres tú (Recordemos si no cómo le vendiste el alma al diablo en esa famosa reunión de la sala Haydée Santamaría de Casa de las Américas, a propósito de la "guerrita de los e-mails" por el tema Pavón-Quesada-Serguera en TV. La gente decía, viéndote allí como un perrito a los pies del poder: "¡Pero, si él fue el que comenzó toda esta historia de las protestas!, ¡el que impulsó a todo el mundo a reaccionar! ¿Cómo va a estar ahora de lamebotas? ¿Por qué se apendeja así?").

Te repito, porque parece que no entendiste muy bien mi correo anterior, que no tengo nada en contra del arte político. No puedo tenerlo, si se observa una exposición como …topías, por ejemplo, curada por mí. Además de que Bomba, como Bla, bla, bla, encarnan también una actitud política, por contraste, en el acto de hacer oídos sordos. Eso está clarísimo. Estimo enormemente el arte cubano de los años 80, y no tendría por qué molestarme un retorno a aquel espíritu. Lo que me molesta es la imposición, desde la égida de la "teoría". No le exijas al arte cubano de ahora que se "repolitice" o no, que haga esto o aquello, que vaya por este rumbo o aquel otro. El arte está ahí, y los artistas hacen lo que les da la gana, sin importar lo que piensen los "teóricos" (y ni siquiera los críticos). Creería en ti si redactas un ensayo analizando la plástica actual de la isla, y me demuestras tu tesis con análisis referidos a artistas y obras puntuales de visible incidencia en la escena de este minuto. Luego de leerte, a lo mejor digo: "coño, es verdad, estamos volviendo al espíritu de los 80". Pero no digas que hay que volver al espíritu de los 80 porque Desiderio lo cree oportuno. Deja que los artistas trabajen en libertad. Por otra parte, es absurdo eso que dices de "(…) un posible y probable nuevo auge de un arte político crítico análogo al de los 80 (…)" ¿De qué "nuevo auge" hablas, por Dios? El arte cubano nunca ha dejado de ser político y crítico; de maneras más evidentes o más sutiles, siempre lo ha sido. Ese espíritu ochentiano nunca se ha perdido. Está ahí. Lo rico de ahora es la diversidad, esa que tú quieres venir a violentar.

También planteas en un momento que mi correo te obliga a extenderte "(…) en informaciones autobiográficas y bibliográficas probablemente desconocidas para los lectores extranjeros –aunque tal vez también para muchos nacionales (…)". Y luego dedicas páginas y páginas a hablar de tus méritos muchos. Debería darte pena, querido, qué inseguridad denotas. Que lo haga yo, que soy bien joven, está bien. Pero tú, a estas alturas del campeonato, en visible estadio senil, explicándole a la gente quién es Desiderio Navarro, eso es patético. ¿Qué pasa, campeón? ¿A qué le temes?

Cuando comienzas a explicar(me) que "(…) como bien saben los intelectuales cubanos desde hace décadas, uno de los principales axiomas del postmodernismo, en contraste con el culto moderno de la innovación y la originalidad, es que repetir lo ajeno –sea en citas, pastiches, remakes, parodias, plagios, apropiaciones y otros recursos postmodernistas por excelencia— es no sólo lícito y aprovechable, sino esencial para el acto artístico postmodernista o incluso para la creación artística y la actividad cultural en general (…)", resultas de una ingenuidad alarmante. Eso que dices es la verdad de Perogrullo. ¿Quién no sabe que una de las claves del postmodernismo (y la postmodernidad) es el hecho de entender el pasado como un arsenal siempre disponible para la construcción del presente? ¿O que el "plagio" abandona su condición pecaminosa moderna y se torna legítimo –por intencionado– en estos tiempos de préstamos culturales y reciclajes múltiples? ¿Quién no está al tanto de que todo texto se construye sobre la base del saqueo y el canibalismo de otros textos? ¿Que todo es pura intertextualidad? ¿Crees acaso que no he leído a Jean Francois Lyotard, Jacques Derrida, Michel Foucault, Deleuze-Guattari, Vattimo, Hal Fóster, Andreas Huyssen, Julia Kristeva, Fredric Jameson, Jean Baudrillard, Roland Barthes, Arthur Danto, Nelly Richard, Martín Barbero, Walter Mignolo, Ferry, Lucien, Homi Bahbah y una lista que sería muy extensa? Pues sí que los he leído hasta saciedad. Yo y cualquiera. Si algo he estudiado en profundidad es justamente teoría de la postmodernidad (te podría ofrecer incluso varias lecciones sobre el tema). Y no lo he hecho precisamente a través de traducciones tuyas, pues esos textos están a la mano en español por doquier. Y es que tu visión del postmodernismo (evidenciada en tus ejemplares traducidos y tus compilaciones) es demasiado parcializada y tendenciosa, en relación con el favorecimiento de su crítica en negativo. Has llegado a decir, por ejemplo, que el "posmodernismo" ha muerto, y cosas por el estilo, como si este se tratara de un "ismo" o tendencia más, como si no fuera una sensibilidad, una "condición" mucho más compleja, en la que aún estamos sumergidos. Tus enfoques de la postmodernidad y el postmodernismo son demasiado y enfermizamente militantes hacia el seudo-marxismo.

También señalas, a propósito de un comentario mío:

«O sea, que Núñez Ortega [sic.] es un asistente habitual de "siempre" de los "encuentros-monólogos" de Criterios. Obviamente, el motivo de su asistencia no son los invitados, ya que Desiderio "no deja a hablar a sus invitados". Entonces, ¿qué trastorno emocional explica esa masóquica atracción fatal que obliga a Núñez Ortega a ir una y otra vez al Centro Criterios a escuchar una y otra vez, indignado, el monólogo arrogante de un Desiderio Navarro cuyo ego enfermo trata de ser el centro del mundo? ¿Qué lo fuerza, una y otra vez, a someterse al papel de periferia pasiva, callada, contemplativa, de un falso teórico que le impone ideas ajenas como a un zombie?»

Querido, para algo existe la figura del espejo. Eres absolutamente desangelado, carente de todo encanto. Tú y tus palabras, tus disertaciones en público ¿Quién podría sentir ante tu presencia un "trastorno emocional" o una "atracción fatal"? Por el amor de Dios. Fui 4 o 5 veces a Criterios (cuando era todavía estudiante) y si te habrás dado cuenta nunca más he asistido. Ni lo haré. En cuanto me percaté del "globo inflado", me retiré. Pero con esas 4 o 5 ocasiones, me fue suficiente para concluir las ideas que apunté en mi correo anterior. El todo por la parte, muy sencillo.

Casi al final de tu "defensa", expones:

«¿Cómo se atreve a hablar de ego arrogante, de voluntad de llamar la atención, quien, no contento con titular "Bomba" la reciente exposición por él curada, inicia el texto del catálogo "citando" la que sería una acepción de la palabra "Bomba" en un imaginario futuro Diccionario de la Lengua Española:

"Bomba. (…) Título de una exposición antológica de pintura cubana joven que dinamitó y removió los cimientos del anquilosado panorama regente."

¿Ha habido alguna vez una exposición de un curador cubano que desde el primer momento tuviera la megalomanía de anunciarse a sí misma como una gran conmoción demoledora inscrita ya en la futura Historia del Arte?

¿Cómo se atreve a acusar a otros de ansias de ser el centro del mundo quien no puede escribir una cuartilla destinada supuestamente a presentar obras ajenas de artistas, sin dejar de cantarle desfachatadamente a su propia curadoría egocéntrica?

"Esta es una curaduría pretenciosa, ciertamente. No hay nada de humildad en ella. Su propio título sugiere un híbrido entre dinamita y ego, entre tsunami y catarsis narcisista."

¿Qué curadores cubanos habían llegado alguna vez a este desenfrenado mesianismo y autobombo? ¿Ha habido alguna vez alguno que concluyera las palabras de su catálogo con esta petulancia ególatra?

"He aquí una exposición que, en definitiva, marcará pautas, abrirá senderos. Y lo escribo con toda la responsabilidad e insolencia que ello implica. Con toda la vanidad del mundo. Qué más da. Será un "bombazo" y bien. Todos los implicados lo saben."»

Tus palabras solo sirven para corroborar que sí, que Bomba fue un "bombazo" y bien. Mira cómo te ha quitado el sueño, querido. Debes tener la presión alta por estos días. Ten cuidado, que los infartos están a la orden del día. Para que le dediques tantas líneas a mi texto del catálogo, tiene que haber significado algo muy fuerte para ti. Eso sí que es una atracción fatal, sin duda. ¿Por qué te molesta tanto mi cinismo, mi egocentrismo? No sufras más con lo que yo gozo. Si yo lo confieso, no tengo el menor reparo. Es verdad, soy egocéntrico, megalómano, cínico, insolente… Soy "postalita", "miki", frívolo y farandulero, me gusta vestir ropa buena, ir a una disco sabrosa y terminar la noche haciendo un gran pastel, fajarme y sacar un cuchillo. Todo eso me encanta. Al igual que el vidrio, me fascina el vidrio (la tele). También estoy enamorado, y soy muy feliz (y eso es más importante que toda esta mierda del gremio). Me siento a gusto con todo ello. Esos son mis ángeles y mis demonios, transparentados, sin máscaras ni simulacros. Descúbrete tú de una vez, a ver si por fin sabemos quién es Desiderio Navarro.

Por mi parte esta polémica concluye. No enviaré una línea más. Tengo muchos otros textos que escribir por estos días (lo que significa mucho dinero por ganar), de modo que no perderé más mi tiempo con estos "mocos". Los lectores no son tontos, y sacarán sus propias conclusiones. Tampoco escribas más tú, y has lo que te dicen tus "socios" del barrio. Vamos, lo estoy esperando.

La Habana, 22 de julio de 2010.

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Pausa para responder a una Epístola

 

Por Desiderio Navarro

 

- Respuesta a Epístola a Desiderio Navarro (a propósito de su contrarréplica El obsceno encanto del cinismo) de Píter Ortega -

 

 

 

Estimados compañeros:

 

 Sin esperar al final de mi respuesta, Ortega Núñez ha circulado un mensaje bajo el título "Epístola a Desiderio Navarro (a propósito de su contrarréplica El obsceno encanto del cinismo)", del que por ahora sólo entresaco determinados pasajes a fin de señalar su apelación a aún peores ofensas personales (senilidad, anorgasmia, etc.) y a claras amenazas de la peor índole. A continuación cito y comento:

 

 Un tipo tan ocupado como tú (quien vive entre papeles y traducciones, sin saber lo que es un orgasmo), dejando a un lado sus faenas para polemizar. Qué bien, ¿no?, pensé que eras más aburrido. Por lo menos ya sé que te corre sangre por las venas. Solo ten cuidado pues dicen que el odio es amor, y tú que estás medio "raro"… Pero descuida, no tengo tan mal gusto.

 

 Como es conocido, en Cuba, muchas personas negras o mulatas, cuando se sienten irritados con un blanco, le atribuyen, como si fuera la peor ofensa, el "tener algo de negro" o la posibilidad de que así sea, demostrando así hasta qué punto han interiorizado la supuesta inferioridad intelectual, estética, moral, etc. del negro y las consiguientes connotaciones negativas, inculcadas por la reproducción social del racismo. Lamentablemente, también muchas personas homosexuales, cuando se enfurecen con un heterosexual, lo califican, como si fuera la peor ofensa que puede ocurrírseles, de "homosexual" o de "sospechoso" de serlo, demostrando hasta qué punto, a pesar de lo extrovertida que pudiera ser públicamente la homosexualidad de esas mismas personas, han  introyectado la homofobia socialmente predominante. De ahí que la argumentación supuestamente antirracista de "aquí el que no tiene de congo, tiene de carabalí" y la supuestamente antiheterosexista de "aquí hasta el más pinto lleva en su alma la bayamesa", construidas según el odioso principio vulgarmente bautizado como "mierda en el ventilador", están entre los grandes obstáculos que deberán enfrentar ambas luchas antidiscriminatorias en Cuba.

 

No por gusto, en los países anglosajones, al igual que hizo el hip-hop con la palabra "nigger", y los teóricos sobre la homosexualidad masculina con la palabra "gay", la teoría "queer" ("rara") asumió afirmativamente esa denominación popular despectiva. No sé si en nuestro país puede hablarse de una comunidad gay propiamente dicha, ni si hay grupos antihomofóbicos análogos a la concientizadora Cofradía de la Negritud, pero, en cualquier caso, comprenderán que, mientras haya gays interiormente homófobos que, como Ortega Núñez, en medio de un pretendido debate cultural, lancen como la peor ofensa desacreditadora o comprometedora contra personas heterosexuales la atribución o la sospecha de ser  "gay" o "raro", todo heterosexual homófobo cubano hallará una supuesta legitimación para cualquier actitud despectiva hacia todo "gay".

 

 Recordemos si no cómo le vendiste el alma al diablo en esa famosa reunión de la sala Haydée Santamaría de Casa de las Américas, a propósito de la "guerrita de los e-mails" por el tema Pavón-Quesada-Serguera en TV

 

 Seguidamente me describe en esa reunión "como un perrito a los pies del poder", refiriéndose, obviamente,  con las expresiones "el poder" y "el diablo" a la presencia, a mi lado, del Ministro de Cultura, Abel Prieto, máxima y única representación del Estado y el Partido en la mesa.

 

Ahora bien, después de la cuarta conferencia, o sea, la de Fernando Martínez Heredia, el Ministerio de Cultura –que inicialmente se había sumado a la organización del Ciclo por el Centro Criterios, ofreciendo el local de la Sala Che Guevara de la Casa de las Américas (con una capacidad ocho veces mayor que el Centro Criterios), imprimiendo y distribuyendo las invitaciones, convocando a la mesa a varias destacadas personalidades culturales y asegurando el apoyo logístico para la nueva sala del ISA ofrecida más tarde– consideró que el Ciclo de Conferencias no debía continuar, y el supuesto "perrito" no estuvo de acuerdo y expuso su decisión irrenunciable de continuarlo por su cuenta, donde y como pudiera. A partir de entonces, como recordarán los asistentes y testimonian las fotos, las personalidades políticas y culturales de la mesa dejaron de asistir y se le retiró el apoyo organizativo y logístico al Ciclo, pero el supuesto "diablo" permitió que el Ciclo continuara en la sede del Centro Criterios (local perteneciente al Ministerio de Cultura) –con las conferencias de Juan Antonio García Borrero, Ernesto Juan y Norge Espinosa–, y, meses más tarde, cumplió la promesa de financiar y publicar el libro con las conferencias de la primera parte del Ciclo, presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en el 2008. Por cierto, mi intervención de ese día en la Casa de las Américas está recogida íntegramente en el libro La política cultural del período revolucionario: Memoria y reflexión (Criterios, La Habana, 2008) y, como podrá comprobarse, lo único de "canino" que tiene son, como escribió alguien por aquel entonces, afirmaciones "incisivas" sobre el debate y la crítica sociales en la esfera pública cubana.

 

 Cualquier podría creerse que Ortega Núñez es un oposicionista contrario o, en todo caso, ajeno al "diablo" del poder institucional del Ministerio de Cultura, un verdadero outsider como Sandra Ceballos y su Espacio Aglutinador, pero, tan pronto se empeña en enumerar cargos y empleos –como si aquí fueran garantías de altas competencias especializadas–, así como exposiciones locales curadas, resulta que, formulándolo según su propia visión de las relaciones con el poder, él ha estado "vendido al oro" del Ministerio de Cultura desde hace años, como un "cachorro" bien tratado y cuidado:

 

"Píter Ortega ha sido también, desde 2006 y hasta hoy, editor asistente de la revista Artecubano", "Desde septiembre de 2006 hasta igual fecha de 2008 Píter fungió como especialista de la Empresa Génesis, del Ministerio de Cultura de Cuba", y ha curado exposiciones en las galerías Servando, El reino de este mundo, y las del Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, la Biblioteca Nacional José Martí y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, pertenecientes todas al Ministerio de Cultura, según tengo entendido.

 

 ¿Por qué te molesta tanto mi cinismo, mi egocentrismo? No sufras más con lo que yo gozo. Si yo lo confieso, no tengo el menor reparo. Es verdad, soy egocéntrico, megalómano, cínico, insolente… Soy "postalita", "miki", frívolo y farandulero, me gusta vestir ropa buena, ir a una disco sabrosa y terminar la noche haciendo un gran pastel, fajarme y sacar un cuchillo. Todo eso me encanta. Al igual que el vidrio, me fascina el vidrio (la tele).

 

 Al día siguiente de la circulación de la primera parte de mi respuesta, el Viceministro de Cultura Fernando Rojas, como único comentario sobre ello, me advirtió que tuviera cuidado, porque yo podría ser agredido a mano armada por Ortega Núñez, ya que, tiempo atrás, al ser expulsado del Teatro García Lorca por escándalo público en medio de un espectáculo del Ballet Nacional, fue a su casa a buscar un cuchillo y regresó al Teatro a agredir a los compañeros del Ballet que lo sacaron. El hecho de que ahora su réplica a una crítica cultural inconclusa termine precisamente afirmando: "me gusta (…) fajarme y sacar un cuchillo", no es más que una nada velada amenaza, de la cual tomo nota en previsión de cualquier eventualidad, y espero que así lo hagan también las autoridades que contemplan este ya más que lamentable espectáculo sin precedentes en la cultura cubana. Si Ortega Núñez cree que puede seguir provocándome indefinidamente con ofensas cada vez peores y que la amenaza de sacarme un cuchillo me detendría en el caso de que yo lo buscara para darle su merecido, se equivoca. Todo tiene un límite. Ante la inercia institucional, la cultura no puede volverse cómplice de la barbarie, permitiendo pasivamente el avance de ésta ni poniendo la otra mejilla.

 

 Ahora, esta desfachatada declaración pública de su disfrute con provocar agresiones físicas y portar y usar armas blancas por encima de cualquier ley del Estado Cubano, da la medida del apoyo e impunidad con que Ortega Núñez cree contar (¿o  es que cuenta realmente?) en el aparato institucional cubano.

 

Y si es cierto que, para colmo, como anuncia en su mensaje,  esta persona que así se autodescribe "próximamente comenzará a impartir docencia de Historia del Arte", eso sería un indicio de la profundidad del actual deterioro del sistema educacional cubano,  y de la inoperancia de la reciente política de rescate de la educación moral, formal y ciudadana.

 

 Por mi parte esta polémica concluye. No enviaré una línea más. Tengo muchos otros textos que escribir por estos días (lo que significa mucho dinero por ganar), de modo que no perderé más mi tiempo con estos "mocos".

 

 Yo, en cambio, como anuncié, continuaré, a mi ritmo, mi respuesta analítica, por lo que pudiera tener de utilidad informativa y preventiva para otros, ahora y en el futuro inmediato, aunque yo también tengo muchos textos que escribir y editar para Criterios (lo que significa mucha gente que ayudar), con la diferencia de que yo me enorgullezco de no cobrar un centavo como antologador, traductor y/o prologuista por antologías tan voluminosas como El Postmoderno, el postmodernismo y su crítica en Criterios  o los dos tomos de El pensamiento cultural ruso en Criterios.

 

Tal vez, en efecto, todo se reduzca a saber si yo soy un fósil viviente que, como dice una amiga muy querida, "todavía cree en los Reyes Magos" o si, por el contrario, el Futuro pertenece por entero a… un Hombre Nuevo como Ortega Núñez.

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