La obra de Santana, en un sentido holístico, es lo que pudiera clasificar como coherente. Desde su irrupción en los circuitos expositivos cubanos, hace casi 20 años, este creador hizo obvia su propensión hacia morfologías poco convencionales, según las prácticas dominantes y al uso en aquellos inicios de los 90’s. Frente a la planimetría casi absoluta y el desarrollo de la cerámica escultórica, Santana apostó por lenguajes hibridados que estremecían la visualidad más acendrada en el discurso plástico camagüeyano. Poco a poco se hicieron asiduas sus piezas instalativas, procuradoras de la resemantización del objeto y, sobre todo, tendentes a la modelación de una poética efectiva en su retórica visual. De tal suerte, el artista ha habituado y entrenado tanto a la crítica como al público para el establecimiento de un diálogo siempre inconcluso, abierto, demandante del lector “macho” de Cortázar que tan coartado ha sido por los facilismos de todos los tiempos.
Recargable es una muestra cuya concepción se sustenta en varios resortes. El primero de ellos es la memoria, capacidad que nos permite existir en un pasado -a veces sin siquiera haberlo vivido- y releerlo sin la contaminación inherente a la inmediatez. En este caso, la memoria opera en tanto apelación a referentes textuales de obras anteriores que ahora son re-presentadas, pero solo como activaciones semánticas casi extraviadas ya en la distancia. El segundo de los resortes empleados es la interdiscursividad de las piezas, que se manifiesta en la medida en que, si bien estas pueden funcionar como entidades autosuficientes en sí mismas, también es posible el establecimiento de complementariedades intertextuales reveladoras de niveles más complejos de significación. Y, por último, quisiera mencionar las maneras con las que este creador se apropia del léxico objetual cotidiano para trocar las literalidades en tropos de densidad apreciable. Es esta, probablemente, unas de las claves más prominentes de su trabajo.
Con el ánimo de sistematizar una poética personal, Recargable nos advierte sobre la versatilidad visual de Jorge Luis Santana, quien con holgura pericial se desenvuelve con acierto en medios y soportes bien desiguales entre sí. Por eso, desde la elección del título hasta la manera en que se han mapeado las piezas, esta es una exposición que evoca un pasado mediato para diagramar, con la lúdica del vaticinio, el porvenir de la obra del artista.
0 comments:
Publicar un comentario