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Aglutinador presenta: "Brujería, We love you"

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P R Ó X I M A M E N T E: el 2015 en AGLUTINADOR

Con Aglutinador-Brücke (Aglutinador-Puente) y El MAM (Museo de Arte Maníaco).

ABRIL/MAYO- organizan la exhibición de grupo, “Brujería, We love you”, segunda parte de “Brujas, pero también brujos”, realizada en septiembre del 2014 en “Línea 106”. Esta vez el puente (brücke) se establecerá entre Aglutinador y el estudio -y sus alrededores- del artista Bernardo Sarría con el apoyo de DOEN.

Curaduría: Sandra Ceballos.
Texto Catálogo: Preguntas a Orlando Hernández y Samuel Riera.

En el Espacio Aglutinador
MAYO- Título: “¡Bienal, Bienal! ¿Tu eres mi amiga? Muestra personal oportunista # 2 de

Sandra Ceballos” (la # 1 fue en la Bienal pasada)
AGOSTO-Exhibición personal de, Alex White-Mazzarella, artista italiano/norteamericano

residente en México y director de la iniciativa socio-cultural (global), Artefacting. SEPTIEMBRE-Ciclo: “Curadores, come home!” Ejercicio # 4, con la curadora invitada,

Elvia Rosa Castro y la muestra de grupo: “La hora del cuero”.

JUNIO/JULIO- Espacio Aglutinador eleva a un muerto:
-Ciclo: “Malditos olvidados de la post-guerra.”
“1988, PROYECTO G: uno de los fantasmas de la década del ochenta.”
Con la colaboración entre otros de: Juan Sí Gonzáles, Rafael Díaz Casas, Eliseo Valdés, Carlos Martiel, Nilo Castillo y DOEN.
Curaduría: Sandra Ceballos y Coco Fusco.

1988, “Proyecto G” creado por Juan Sí Gonzáles, Eliseo Valdés y Jorge Crespo.

“Artista contra artista”.

Por Sandra Ceballos
(Dedicado a: “Proyecto G”, “Arte Calle”, “Espacio Aglutinador”, “Referencias Territoriales”, “Memoria de la post-guerra”, Antonia Eiriz, Chago Armada, Ángel Delgado, Glexis Novoa y Tania Bruguera entre otros artistas y proyectos víctima de la represión).

No son los militares y funcionarios de la cultura los únicos culpables del escrutinio y la violencia deliberada, que ataca y aparta a algunos artistas de los medios y sistemas de divulgación, de la legitimación y la historia; tampoco son los críticos de arte y curadores los únicos poderosos mecenas que evalúan o devalúan, que elevan o entierran la obra de los artistas. Los peores, los del veredicto lacerante e imperdonable son los propios artistas: se proyectan unos contra los otros, miran con recelo a sus competidores juzgando todo el tiempo sin tolerar los éxitos de aquellos (esta idea se puso de manifiesto durante el evento, “Torneo audiovisual” curado por Giselle Victoria para E. Aglutinador en el 2010). Pero tampoco son todos los artistas. Para ser justa debo aclarar que existen varios grupos: los que apoyan moral y conceptualmente, los que elaboran proyectos altruistas (“Artista x artista” del estudio de Carlos Garaicoa, el “PERRO” y “MAM” de Sandra Ceballos y el “Art Brut Project” de Samuel Riera, entre otros) para ayudar a los que no tienen la debida divulgación ni soporte económico que les permita desarrollar su obra, los que -de manera privada- han colaborado con eventos alternativos; no se puede dejar de mencionar a los que se dedican a su labor personal y tienen la dignidad y la lucidez de no especular con intenciones destructivas contra sus semejantes.

No obstante imperan los que no quieren perder el reconocimiento (medallas, premios, Bienales y Becas, etc), los beneficios logrados y el vínculo establecido con el sector oficial cubano, por lo cual adoptan la postura de moralistas inquisidores y jueces de sus colegas, ejemplo reciente: el atropello y la injusticia se está cometiendo contra Tania Bruguera, las críticas, acusaciones – algunas carentes de pruebas (como siempre, hay que creer en el verbo emblemático) – destructivas, mediáticas y el poco apoyo que ha recibido de sus colegas artistas cubanos (muchos de ellos apoyados por ella en otros tiempos) de adentro. Aquí es cuando viene la parte en que recuerdo aquella frase bíblica: “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.

Existen también los que envenenan, oralmente con su lengua perniciosa o textos divulgados por internet, los cerebros (claro está) menos fortalecidos, ellos hilvanan meticulosamente sus parlamentos y si es necesario hasta mienten para lograr sus objetivos. Existen los francotiradores aprensivos que, en ocasiones, actúan con seudónimos escudados bajo el “ciber-chisme”, pinchando ampollitas, manipulando las mentes desde la oscuridad, éstos son los que excluyen y perjudican con sus opiniones -tristemente célebres- autosuficientes, dictando sentencia, ostentando con vehemencia un absoluto convencimiento de que han sido “dotados de sabiduría-genial”, aparentan ser “humildes misioneros de los desahuciados”, pero realmente son los que no lograron el éxito que tanto deseaban -por sus propias incapacidades mentales y de autogestión- y envejecieron e intentan arruinar (mediante disímiles actitudes y comentarios rebosantes de maldad) la carrera de sus colegas (preferiblemente los más realizados), o, pretenden hacer zafra saboteando con soberbia y solapadamente a proyectos autónomos, convincentes y altruistas de la categoría de Espacio Aglutinador, claro, que no siempre consiguen su propósito.

“Es evidente –según me han comentado muchas personas que han sido testigos de estos comentarios y gestos- que el contenido de la fuente, el móvil, el fantasma causante de estas pataletas histéricas, no se fundamenta en otra cosa más que en resentimientos, ingratitudes y rencores, frustraciones personales, envidia y hasta discriminación de género. Por suerte, a este limitado grupito, Dios no les entregó poder ni fama, sentido común ni habilidades estratégicas y -afortunadamente para la humanidad- tampoco un ejército equipado con la última tecnología. Este descubrimiento, no fortuito, lejos de ser negativo ha sido enriquecedor para mí, ya que, gracias a estas mentes enfermas que intentan sabotear la cultura cubana, estoy aprendiendo a limpiar mi terreno y a apreciar mejor las justas bondades que me ofrece el camino. Muchas reflexiones han acudido a mi mente, ideas y recapitulaciones que han fortalecido y que alimentan mis actuales acciones y futuros proyectos como creadora y organizadora de eventos. Uno de ellos:

El PROYECTO G (1988), cuya esencia, por fortuna, pecaba más de anarquista que de ortodoxa. En el momento de su efervescencia y éxito -que no se le podrá invalidar- fue víctima también de estos arquetipos, fue subvalorado por un grupo de “artistas/teóricos/geniales” que, en aquella época, fueron los consejeros de la llamada institución arte. Eran jueces que interactuaban directamente con los representantes (Ministerio de Cultura, CNAP y otras instituciones gubernamentales) del gobierno revolucionario cubano, así que decidieron quienes eran los “buenos”, los “mediocres” y los “malos” artistas emergentes de aquella década. Ellos asumieron que poseían el condominio de la verdad y me pregunto: ¿cuál verdad? ¿Cuál es el sistema puramente racional evaluativo (sin contaminantes del conciente/subconsciente: vicios costumbristas, escolásticos, intereses personales y sensores emotivos traumáticos o no) que puede actuar con justeza con relación al arte? (esta idea tuvo su puesta en forma durante el evento-concurso por sorteo que se realizó en el E. Aglutinador, “Fuerte es el Morro, who I am?” 2009 y el anárquico “Curadores, go home!” 2008)

Ahora algunos de aquellos “cazadores de mediocridad” (los que no regresaron con síndromes depresivos) critican feroz y radicalmente, desde diferentes estados de Norteamérica y Europa - en donde residen hace ya algún tiempo- a esa misma oficialidad y a ese mismo sistema cultural gubernamental cubano al cual pertenecieron activamente (del cual se beneficiaron) y que actuó -en aquella época- bajo su tutela, censurando, reprimiendo y destruyendo al PROYECTO G, a sus creadores y a otros como: el artista Ángel Delgado (performances durante la muestra “El objeto esculturado” 1999), “Arte Calle” y el proyecto del Castillo de la Real Fuerza. Asombrosamente, al pasar del tiempo (década del 2000), 23 y G fue y es protagonista de irreverencias y aglutinamientos de adolescentes que dieron crédito, sin saberlo, a aquel movimiento de vanguardia creado en 1988. Su energía y espíritu permanecen latentes, vibrantes, el rumor de aquellos trascendió a pesar de los dictadores y allí se reúnen músicos, poetas, artistas visuales, artesanos, emos, mikis, repas, pijos y frikis entre otros y entre nuevas represiones. ¡Otras voces, también tienen derecho de manifestarse!

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